El puertorriqueño Rene Santiago firmó una de las victorias más importante de su carrera al derrotar por decisión dividida al japonés Kyosuke Takami y conquistar el título mundial WBA del peso minimosca, en una noche intensa celebrada en el histórico Ryogoku Kokugikan de Tokio. Las tarjetas reflejaron la paridad del combate: 117-111 y 115-113 para Santiago, mientras que un juez vio ganar a Takami por 116-112.
El duelo, que también significó la unificación con el cinturón WBO en poder de Santiago, fue una batalla de estilos desde el primer asalto. Takami, invicto hasta esa noche y considerado uno de los talentos emergentes del boxeo japonés, buscó imponer su agresividad habitual, avanzando con un jab firme y combinaciones al cuerpo. Sin embargo, Santiago mostró una madurez táctica sobre el ring, recurriendo a su movilidad, cambios de ritmo y precisión en los contragolpes para neutralizar los ataques del local.
El japonés intentó cerrar los espacios y forzar intercambios, pero el boricua respondió con rectos al rostro y ganchos sorpresivos que frenaron el ímpetu del campeón. La pelea se mantuvo cerrada en la primera mitad, aunque Santiago comenzó a tomar control a partir del sexto asalto, aprovechando errores defensivos de Takami y conectando golpes más limpios y visibles para los jueces.
En los asaltos finales, Santiago volvió a su plan original: movimiento lateral, golpes rectos y control del ritmo. Esa disciplina táctica terminó marcando la diferencia en las tarjetas, premiando su capacidad para adaptarse y ejecutar un boxeo más efectivo en los momentos clave.
Con esta victoria, Rene Santiago cierra un año espectacular, sumando su segundo triunfo consecutivo en Japón ante campeones invictos y consolidándose como una de las figuras de la categoría minimosca. Takami, pese a la derrota, demostró calidad y valentía, y su juventud le garantiza un pronto regreso a la élite.








