By Jesús Cova – El Universal
Gilberto Mendoza es desde hace 32 años el principal rector de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), decana entre las entidades que rigen la actividad a nivel universal. El máximo dirigente presenta su visión del organismo.
¿Cómo se creó como tal la AMB?
La AMB nació en 1921 en Rhode Island, Nueva York. La denominación original era National Boxing Association. En 1962 pasó a ser la World Boxing Association (Asociación Mundial de Boxeo)
¿Cuándo y dónde nació y quién es Gilberto Mendoza?
El día 30 de marzo de 1943 en Barquisimeto, Estado Lara. Soy Industriólogo, egresado de la UCAB en 1966, con estudios de postgrado en el área de Administración y Desarrollo Organizacional en la Universidad de Toledo, Ohio, EEUU. Especialista en procesos de Planificación Formal en los Negocios, del Stanford Research Institute, Palo Alto, California. Actualmente presto servicios de asesoría en empresas del sector azucarero venezolano. Soy presidente de AMB desde el 7 de octubre de 1982.
¿Cómo o de la mano de quién llegó al boxeo Gilberto Mendoza y desde cuál posición escaló hasta el más alto cargo?
Fernando Mandry Galíndez (q.e.p.d) y Alberto Sarmiento tienen mucho que ver con mi inicio como dirigente de boxeo en 1976.
Ese año se constituye la Combox de Aragua, donde me inicié como tesorero, y Alberto Sarmiento fue nombrado Presidente de la Comisión. Luego formé parte del Comité Ejecutivo de la AMB. Posteriormente fui nombrado Asesor Administrativo (1980-1982) y elaboré el Diseño de Organización AMB y varios manuales.
Soy el presidente te de la AMB desde hace 31 años, que se cumplirán el día 7 del venidero mes. Pero siempre hubo en mí afición por el boxeo. Lo practiqué en amateur.
¿Son conflictivas las relaciones de la AMB con otros organismos boxísticos?
Son relaciones armoniosas y de mucha amabilidad. Existe excelente empatía con don José Sulaiman, del Consejo Mundial; Francisco “Paco” Valcarcel, de la Organización Mundial y hasta con Darryl Peoples, de la Federación Internacional quien es de otra generación.
¿Qué opina acerca de la proliferación de los organismos encargados de controlar el boxeo y qué piensa de la numerosa cantidad de campeones mundiales, que incluye a los llamados interinos?
El boxeo actual depende del poder económico y de la proyección de la televisión. La razón de proliferación está dada por el primer factor de influencia. El dinero de los patrocinantes y anunciantes es superior a lo que pudiese dejar la taquilla. Para lograr competir y subsistir se han tenido que flexibilizar los reglamentos. Los campeonatos interinos han sido una solución para enfrentar la tendencia monopolista de los canales de TV en Estados Unidos. Además permiten desarrollar nuevas figuras y hacer crecer a promotores pequeños.
¿No cree que era mejor para el boxeo que hubiera hoy sólo las tradicionales ocho divisiones?
El boxeo es un vehículo de superación de jóvenes humildes. Las nuevas categorías permiten mejores condiciones de seguridad médica y también paridad en la competencia. Los aficionados se adaptan pero siempre existen quienes se apeguen al concepto romántico.
¿Es cierto, cómo piensan no pocos amantes del boxeo, que en la creación de tantas divisiones influyó mucho lo meramente crematístico?
Las categorías tienen su razón de ser desde el punto de vista científico. El mejor ejemplo está en la categoría mediano y semicompleto. Estamos hablando de una diferencia de 15 libras, o sea 7 kilos, entre una división y la otra, lo cual concede una ventaja al boxeador con mayor peso. En la parte comercial, mientras más títulos, más popular se hace el boxeo.
¿Cuál ha sido su momento más feliz como máximo líder de la AMB?
Prefiero escoger uno entre varios, para no hacer creer que hay uno solo, y es el haber podido ejecutar durante más de 20 años consecutivos la Campaña Mundial contra las Drogas, con una visión de proyección social y deportiva. Esta iniciativa contribuyó al despegue de muchos campeones venezolanos a partir de 1984, con la corona conquistada por Bernardo Piñango en Atlantic City. Y luego haber reunido 5 campeones mundiales en 1988: Bernardo Piñango, Leo Gámez, Antonio Esparragoza, Fulgencio 0belmejias (los tres de la AMB) y José Sanabria (FIB), para darle jerarquía al boxeo criollo.
¿Recuerda su peor momento en todos sus años al frente de la organización?
Nuestra contribución a la lucha contra el Apartheid en Suráfrica, se convierte al mismo tiempo en una circunstancia triste y dolorosa. En nuestra Convención de Reno, Nevada, donde asistieron políticos y representantes del Congreso de Estados Unidos se tomó la decisión de expulsar a las Comisiones de Boxeo Surafricanas y de no avalar más peleas de título mundial de nuestro organismo en ese país. Vale destacar que los representantes de dichas comisiones habían concertado con nosotros un plan estratégico para que progresivamente fuéramos incorporando gente de color en los roles de dirección de las autoridades boxísticas surafricanas, el cual se encontraba en ejecución para el momento de la decisión. Estaban cooperando abiertamente con la AMB y por eso se convirtió en una situación desagradable.
¿Qué futuro le ve a la disciplina en estos días de crisis económica mundial?
El boxeo es la forma genuina de lucha del individuo común. Es una forma de escapar de muchos males sociales. Siempre, como todo, tiene sus subidas y bajadas.
¿Cómo ve el movimiento boxístico en Venezuela?
El talento existe por doquier, en cada rincón del país. Tenemos buenos técnicos. El problema es el económico y la falta de organización de los promotores locales. La AMB está dispuesta a ayudar a mediar y facilitar un modelo de negocios.
¿Quién ha sido el boxeador más completo que haya visto en su largo trajinar por la disciplina?
Me quedo con “Sugar” Ray Robinson, Muhammad Ali y Henry Armstrong
¿Quién cree que ha sido el mejor boxeador venezolano de todos los tiempos?
Morocho Hernández, por ser el primero, Leo Gámez, por sus cuatro títulos en cuatro diferentes categorías y todos AMB, y Antonio Esparragoza, por su integridad en el ring y su personalidad fuera del ring.
¿Qué piensa del boxeo de mujeres?
El boxeo femenino está para quedarse. Las mujeres siempre dan un extra. Cada vez progresan más y brindan espectáculo. La calidad mejora.
¿Quién cree que habría sido el vencedor en una hipotética pelea entre el prematuro y trágicamente fallecido venezolano “Inca” Valero y el filipino Manny Pacquiao?
Si pensáramos en esa pelea al día de hoy y que Edwin Valero se hubiera mantenido en una racha victoriosa ante rivales de más jerarquía, con un marcado progreso en sus cualidades técnicas y defensivas, me atrevería a apostar al compatriota. Si la pelea se hubiera dado cuando se especulaba sobre tal posibilidad años atrás, el gladiador filipino se hubiese alzado con una victoria contundente, por su precisión, por su experiencia ante grandes peleadores, y por su momento estelar.
¿Es verdad que Gilberto Mendoza colgará los guantes como presidente de la AMB el año entrante?
Me quedan muchos más asaltos que pelear. Tengo contrato promocional hasta octubre de 2017, ya que fui reelecto el año pasado en al Convención Anual celebrada en Yakarta, Indonesia.