No hubo sorpresa, como algunos aficionados supusieron.pudiera haber sucedido. En 152 segundos (18’44»), un poco más de la mitad de los 36 minutos a que estaba programada la pelea, un demoledor golpe zurdo al hígado de Gervonta Davis, «The Tank», desbarató y dejó sin opción alguna de triunfo a Ryan García, King Ry, un impacto de efecto retardado que terminó el combate a 12 rounds sin faja de por medio, entre ambos pûgiles invictos, tenidos entre los mejores del mundo en la actual era del deporte de los golpes.
Lo ocurrido, que ya es historia, tuvo.lugar el pasado sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas, repleto de expectantes aficionados– pero sin colmar su capacidad para 20 mil personas–que acudieron a ver el combate, publicitado como una de las seguras más llamativas peleas para este 2023. En los hechos no llegó a tanto, pues el campeón ligero regular de la Asociación Mundial de Boxeo, decana de los organismos que rigen al boxeo ecuménico, la resolvió más fácil y mas prontamente de lo que la mayoría esperaba, con una sensacional y rotunda demostración de calidad y superioridad, que lo muestran a los ojos de la afición entre los por lo menos diez máximos exponentes del universo del ring en los tiempos que corren. Y con el resultado, como anotamos al inicio de esta nota, hizo valer los mayoritarios vaticinios que lo ungieron como el favorito para salir victorioso en la confrontación pactada a 12 tramos, reiteramos sin faja en discusión, entre los 2 imbatidos protagonistas tales fueron Davis, zurdo de 28 años, nativo de un suburbio de Baltimore, con 28 triunfos y 26 nocauts en 10 años de profesional y un más joven García (24 años, de Los Alamitos, California), vencedor en sus anteriores 23 combates, 19 ganados por KO en cinco años profesionales, quien dio la impresión en los primeros momentos de que estaba en capacidad de derrumbar los pronósticos en su contra.
En efecto, dominó los primeros 3 minutos de acción con golpes largos al cuerpo y a la cabeza del «Tanque». Sin embargo, mediado el segundo las alarmas se encendieron en su esquina cuando Davis, unos 12 centímetros más bajo (1, 66.por 1,78 metros), se inclinó un poco ante un avance de García y tiró un gancho zurdo al rostro que mandó a la lona al californiano, hijo de mexicanos, por los ocho segundos reglamentarios.
La refriega, que ya estaba dando respuesta a las expectativas creadas, se animó más en los tramos siguientes, con un dominio alterno aun cuando con una ventaja para nada amplia del expupilo de Floyd Maywheater, Gervonta, que lucįa aplomado, tranquilo, seguro de asumir el control para lo que restaba del encuentro. Como en efecto pasø unos pocos segundos de mediar apenas.la séptima vuelta. García buscó acorralar al rival, pero este disparø un cohete en forma de gancho izquierdo que impactø en el hígado al oponente, quien dio unos vacilantes pasos hacia atrás, visiblemente aturdido, se inclinó un poco, puso la rodilla en la lona, impotente y mirando sin ver. El árbitro Thomas Taylor se acercó de prisa al caldo, iniciò el conteo y al notar que García no reaccionaba, piadosamente dio por finalizadas las acciones al minuto y 44 segundos del episodio.
Para el momento del desenlace los jueces Tim Cheatham, David Moretti y Steve Weisfeld marcaban en sus tarjetas respectivamente, 58-56, 59-56 y 59-55, todas por GD. Nada más que añadir, excepto reiterar lo anotado previamente: Gervonta Davis se reafirmó como el mejor peso.ligero del momento y además como uno de los más rutilantes astros del boxeo universal, con el cielo como ûnico límite y con las armas necesarias como para protagonizar proezas aun más relevantes que la concretada el pasado sábado en el majestuoso escenario de la bien o mal llamada–como prefieran– Ciudad del juego y del vicio.
