El boxeo tiene una manera especial de contar historias. No solo se trata de golpes, victorias y derrotas, sino de trayectorias, de sueños en juego y de la voluntad de dos hombres que se enfrentan en el cuadrilátero con algo más que un título en disputa. Este sábado 17 de mayo, en el Copper Box Arena de Londres, Johnny Fisher y David Allen volverán a verse las caras en una pelea que promete emociones fuertes y un desenlace que, esta vez, no deje dudas. 

La primera vez que se enfrentaron, en diciembre pasado, la pelea dejó un sabor amargo. Fisher, el joven invicto de 26 años, sobrevivió a un knockdown en el quinto asalto y terminó llevándose la victoria por decisión dividida. Dos jueces lo vieron ganar 95-94, mientras que el tercero dio la pelea a Allen con un 96-93. Fue una batalla intensa, con momentos de incertidumbre y un final que dejó a muchos preguntándose si el veredicto había sido justo. 

Para Allen, de 33 años, aquella noche en Arabia Saudita fue una oportunidad perdida. El veterano púgil, conocido por su resistencia y su estilo aguerrido, sintió que había hecho lo suficiente para llevarse el título WBA Intercontinental, pero los jueces no lo vieron así. Ahora, con la revancha en puerta, tiene una segunda oportunidad para demostrar que aquella noche debió haber sido suya. 

Fisher, por su parte, sabe que esta pelea es crucial para su carrera. Su victoria sobre Allen le permitió mantener su invicto y levantar el cinturón, pero también dejó dudas sobre su capacidad para manejar peleas de alto nivel. En esta revancha, no solo busca defender su título, sino hacerlo de manera convincente, sin dejar espacio para la polémica.