Este sábado en Anaheim, las luces del Honda Center brillarán sobre dos hombres que, hasta ahora, no han conocido la derrota.  

A la izquierda del ring va a estar Raúl “Cugar” Curiel, olímpico mexicano, zurdo, explosivo, con 13 nocauts en 15 victorias. Boxea como si cada asalto fuera el último. En diciembre, empató con Alexis Rocha en un duelo de alta tensión. 

Frente a él estará Víctor Ezequiel Rodríguez, uruguayo, 29 años, boxeador técnico, paso firme y hambre de validación. Nadie lo ha vencido. Nadie lo ha noqueado. Nadie lo ha visto doblarse. Viene de dominar escenarios en Sudamérica y quiere mostrarse al mundo.  

No hay título en juego, todavía, pero hay algo incluso más codiciado: un paso más para luchar por el cinturón mundial wélter de la WBA. Esta es una eliminatoria. El que gane, se convierte en retador obligatorio. El que pierda tendrá que volver a hacer la fila.  

No es una guerra de estilos, sino de intenciones. Curiel quiere controlar y castigar. Rodríguez quiere mostrar que no es una promesa lejana, sino una amenaza presente.  

La pelea será parte de una cartelera electrizante que incluye Ramirez vs Dorticos, pero este duelo tiene otra vibra: es una ventana al futuro, un cruce en el camino que definirá quién sube al nivel más alto del boxeo.