Se caracterizó siempre por su simpatía, y por su agresividad en el ring. Incluso dos de sus rivales fallecieron después de pelear con él, y Baer asumió los gastos de estudio de los hijos de uno de ellos.

Comenzó su carrera profesional en 1929, pero realmente saltó a la palestra pública y se ganó la simpatía de muchos cuando en 1933 venció al alemán Max Schmeling, quien era el preferido de Adolf Hitler.

Baer no sólo lo venció de manera contundente, sino que además desde ese día peleó con una gran Estrella de David en su pantaloneta, en solidaridad con la situación de los judíos.

Después de ese triunfo categórico, Baer quedó a las puertas del título mundial y fue por la cabeza de Primo Carnera en 1934. Para el momento también hacía tiempo para ser actor de películas de acción y aventura.

Sin embargo, sólo pudo disfrutarlo durante un año, porque en 1935 sorprendentemente lo perdió con James Braddock.
Otra de sus recordadas peleas fue cuando sucumbió por KO ante Joe Louis en 1935.

En total realizó más de 80 peleas, y terminó con récord de 71-13. Baer una vez dijo, “Nunca pretendí ser boxeador, pero me obligaron a llegar a lo más alto”.

Entró al Salón de la Fama en 1968.