A pocos días de la esperada revancha ante Daniel Dubois, el campeón indiscutido del peso pesado Oleksandr Usyk (23-0, 14 KO) afina los últimos detalles de su preparación con un enfoque meticuloso y silencioso. El combate, pactado para el sábado 19 de julio en el Estadio de Wembley, pondrá en juego el cinturón WBA y los cinturones de los demás organismos en lo que será su segunda defensa como monarca absoluto. 

Usyk, de 38 años, ha mantenido un campamento de entrenamiento exigente, con énfasis en resistencia, movilidad y lectura táctica. Según su equipo, ha completado más de 250 rounds de sparring, incluyendo sesiones extendidas de 15 asaltos con descansos mínimos, simulando presión constante y desgaste físico. 

El ucraniano no ha dado señales de modificar su estilo: ritmo ascendente, cortes de ángulo y precisión quirúrgica. En su primer enfrentamiento con Dubois en 2023, se impuso por nocaut técnico en el noveno asalto, aunque el combate estuvo marcado por un golpe bajo polémico en el quinto round. Desde entonces, Usyk ha vencido dos veces a Tyson Fury y se ha consolidado como un campeón absoluto de los pesos pesados en esta era. 

Sobre sus expectativas, Usyk ha sido claro: “No pienso en mi oponente. Pienso en mí, en mi equipo, en mi familia. Solo necesito estar con él, pelear y eso es todo”, declaró recientemente. Su motivación va más allá del cuadrilátero: “Todo lo que hago hoy se centra en honrar a mi país y a mi familia”, agregó, en referencia a sus raíces y al legado que busca dejar. 

El combate ante Dubois representa más que una defensa: es una prueba ante otra generación. Dubois, de 27 años, llega con tres victorias consecutivas y una pegada temible. Pero Usyk confía en su experiencia, su preparación y su convicción. Wembley será territorio británico, pero Usyk ya ha demostrado que puede reinar lejos de casa.