El puertorriqueño Alberto Machado (19G-0P, 16KO) sorprendió al mundo el pasado mes de octubre cuando venció al panameño Jezreel Corrales y conquistó la faja Súper Pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Alrededor de 9 meses han pasado desde entonces y el boricua está listo para su primera defensa, en esta ocasión contra el nativo de Ghana, Rafael Mensah (31-0, 23KO) en el Hard Rock and Hotel Casino, de Las Vegas, Nevada, el próximo 21 de julio.

La parte fuerte en el campo de entrenamiento ya terminó para Machado. Una preparación que se desarrolló en Los Ángeles y que estuvo planeada con la mira puesta en un objetivo único y es tener una impresionante actuación para seguir escalando peldaños en el boxeo mundial, además de, por supuesto, retener su faja de la AMB.

«Han pasado unos 10 meses desde mi última pelea. Pero me sirvió bien. Me permitió descansar un poco y trabajar en algunos detalles técnicos que necesitaba. He estado boxeando durante 15 años seguidos, por lo que fue un descanso necesario”, señaló Machado desde el Westside Boxing de Los Ángeles, California.

“Para este campamento trabajé en estrategia y técnica. Tenía más tiempo para viajar a Los Ángeles y trabajar con Freddie Roach. Durante este campamento, realmente pude ver por qué es entrenador del Salón de la Fama. Tengo que ver por qué ha tenido tantos campeones mundiales. El 21 de julio, definitivamente verá un nuevo y mejorado Alberto Machado «, aseguró sobre su mítico entrenador, quien ha tenido en sus manos a grandes como Manny Pacquiao y Miguel Ángel Cotto.

El combate en el cual ganó la faja contra Corrales fue especial, ya que fue televisado en una gran cadena y se lució contra un rival que, aunque habia perdido el titulo en la balanza, parecía superior en el papel: “Pelear por primera vez en HBO fue un sueño hecho realidad. Solía reunirme con mis amigos para ver a Miguel Cotto, Iván Calderón y Félix Trinidad en HBO, así que esto definitivamente fue un sueño hecho realidad. La lucha contra Jezreel Corrales fue muy dura. Al principio, él no hizo ningún peso. Sabía que él tenía mucha más experiencia que yo, pero traje el espíritu que nos caracteriza a los boxeadores puertorriqueños”.